¿Cómo podemos buscar a Dios?
La mayoría de las personas que acuden a la iglesia cristiana hablan de buscar a Dios y muchos se preguntan “cómo y en donde lo encuentro”, al encontrarlo “¿qué puedo hacer, entonces?”. Hay tantos motivos para buscar a Dios como buscadores, quienes emprenden esta tarea para llenarse de su bondad y su amor a través de su omnipresencia y recibir sus bendiciones.
¿Cómo encuentro a Dios?
Dios nos pide en la palabra que lo busquemos para recibir sus bendiciones, es de nosotros buscarlo con apertura y confianza en su amor y bondad. Algunas personas que buscan a Dios, lo hacen para comprobar su existencia, buscan alguna evidencia que Él existe, independientemente que quiera o no mantener una relación con él, el motivo puede ser liberarse de la pregunta ¿Dios existe?, incluso para descartarlo y liberarse de cualquier lealtad o responsabilidad que pueda demandar cualquier prueba de su existencia.
Grandes intelectuales como el teólogo cristiano y autor de grandes obras como C.S. Lewis, y Charles Darwin fueron grandes buscadores de la existencia de Dios y dedicaron su vida a ello. Lewis, criado en un hogar protestante, se convirtió en apóstata con alivio, al no encontrar en sus primeros estudios académicos prueba de la existencia de Dios, sin embargo, en su edad adulta fue sorprendido por la alegría de la creencia establecida de Jesucristo como el Hijo de Dios, afirmando nuevamente la fe de su infancia.
En cuanto a Darwin, consideró en su juventud entrar el sacerdocio, pero comenzó a estudiar el mundo natural con la firme creencia que demostraba la Gloria de Dios. Tal como relata en su autobiografía, el naturalista se resistía a renunciar a sus convicciones, pero era mucho más difícil inventar pruebas suficientes para convencerlo, logrando desvanecer por completo su incredulidad. Su búsqueda de evidencia científica acerca de la existencia de Dios lo llevo a la conclusión de que el misterio que envuelve el principio de todas las cosas es indescifrable por nosotros, razón por la que se mantuvo agnóstico, abandonando su búsqueda.
Algunos buscan a Dios con la firme convicción que existe y su búsqueda se plantea en sentido locativo, preguntándose ¿Dónde está Dios?, para recibir sus bendiciones y buscarlo se convierte en su principal objetivo. El señor creador conoce las necesidades y deseos de todos y tiene planeado para nosotros muchas cosas inimaginables, por ello debemos buscarlo a él en todas las situaciones y dejarlo todo en sus manos.
Los que siguen la fe cristiana, creen que Dios es omnipresente, está en todas partes y en todo momento, por ello no puede ser restringido a un solo lugar, en un solo tiempo. El Rey David reflexionaba que no había lugar alguno en el cual Dios no estuviera, afirmando que no podía escapar de él.
También, el teólogo John Piper escribió que Dios es omnipresente, por lo que siempre está cerca de todo y de todos, su poder recae en estar siempre presente en sostener y gobernar todas las cosas. Podemos encontrar la presencia de Dios en la naturaleza, en la vida de aquellos que lo siguen y entre los que se reúnen para adorarlo.
Como Dios omnipresente ha prometido estar con todos sus hijos siempre, aunque no experimentemos su presencia prometida todo el tiempo y, algunas veces, su rostro permanece oculto a nuestros ojos, a causa de nuestra falta de atención o desobediencia. Cuando nos negamos a orientar nuestra atención y afecto a Dios, nos resulta difícil distinguir su presencia en nosotros.
Por ello a Dios hay que buscarlo todo el tiempo, desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir, que sea parte de nuestra rutina, considerándolo y tomándolo en cuenta, mientras más rápido lo hagamos mejor. Al buscarlo, Dios nos promete que lo vamos a encontrar, que está con aquellos que buscan, por ello debe ser siempre la primera opción:
- A través de su palabra y obediencia
- A través de la oración diaria
- Alabando y adorando todos juntos
Buscar a Dios implica poner nuestra mente y nuestros corazones hacia él y, por ellos nos anima a hacerlo. Acercarse a él con confianza, dependencia y adoración para revelar más de sí mismo a través de sus bendiciones. A los no creyentes de su existencia, los invita a examinar su palabra, considerar su obra a través de su hijo Jesucristo y acercarse a su existencia.
Al que busca tendrá la recompensa de tener una relación con Dios mismo, cumpliendo su promesa de cuidarnos, protegernos, guiarnos, estar en todo momento con nosotros. Dios brinda, a través del Espíritu Santo, nuevas fuerzas, sabiduría, todo lo que se necesita para vivir, cumpliendo todos los anhelos que Él mismo puso en nuestro corazón. También, experimentaremos la vida de forma plena, llena de gozo y paz, de la que solo Dios nos puede dar, recibiendo todas las bendiciones que Él tiene preparada para nosotros, por ello también nos busca, con mayor diligencia y deseo de la que nosotros podemos manifestar por Él.
C.S. Lewis sintió esta búsqueda cuando se convirtió nuevamente al cristianismo, al sentir que Dios lo buscaba a él y salvar lo que se había perdido, y que estaba negándose a algo, cerrando una puerta, por lo que al final decidió abrirla y desarmarse.
De esta manera Dios busca una relación con aquellos que no lo conocen todavía, y busca una unión más profunda en quienes han visto su rostro. Podemos estar seguros de que mientras lo buscamos Él hace lo propio con nosotros también. Dios es amor y bondad, y cuando hacemos las cosas con amor por el prójimo también podemos ver su rostro.
La Fundación Alma Amiga cree que Dios está presente en todos nosotros, y como tal somos hijos de Dios. Por ello, debemos brindarle nuestra ayuda al prójimo, llevando el ejemplo de Dios Creador y Jesucristo, en las manos de sus voluntarios, embajadores y colaboradores como Enrique Alberto Romero Domínguez, tendiendo una mano amiga al necesitado, hijo de Dios como nosotros, llevando siempre la palabra de Dios en todas sus actividades, que es al mismo tiempo su mayor motivación, extender el reino de Dios en la tierra para el beneficio de todos sus hijos.
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