La importancia de cuidarse de uno mismo

Vivimos el día a día a un ritmo acelerado y nos cargamos múltiples exigencias tanto en nuestro interior como nuestro exterior que nos atan y nos mantiene alejados de nuestro autocuidado diario, que es la base para mantenernos saludable, de ahí la importancia de realizar ciertos cambios en nuestra rutina, para dedicar cada día un tiempo a cuidarse uno mismo tanto por dentro como por fuera.

¿Qué significa cuidarse de uno mismo?

Autocuidarse es la base para la salud de todos nosotros, y es esencial dedicar cada día un tiempo al autocuidado, tanto por dentro como por fuera, generando un bienestar debido al respeto hacia tus propias necesidades, permitiendo a tu organismo a que recupere la capacidad de autorregularse.

El cuidado personal se extiende al desarrollo personal, con el mayor deseo de conseguir la autorrealización como ser y el bienestar integral de nosotros mismos, hasta alcanzar un equilibrio y armonía, que surge del autoconocimiento para poder desarrollar nuestras capacidades y/o habilidades en nuestro entorno. De esta forma podemos poner en marcha grandes cambios y logros hacia la consecución de una vida auténtica, introduciendo en nuestra vida hábitos saludables, resaltando nuestra propia naturaleza.

Con la práctica del autocuidado diario, podemos encontrar la felicidad, y de esta forma contagiar a otra persona, además que veremos los resultados en nuestro cuerpo. Por ello, es importante el autoconocimiento, reflexionar para tener conciencia de nosotros mismos y de nuestras emociones, ante las situaciones que tenemos al frente cada día. Autocuidarse es seguir nuestros propios impulsos y hacer lo que el cuerpo nos pide, lo que nos gusta, y hacerlo. Cuando hacemos del autocuidado un hábito, se garantiza nuestra buena salud mental y física.

¿Cómo conectarnos con nosotros mismo para auto cuidarnos?

Entendiendo que el autocuidado es el mejor camino para conseguir la felicidad interior, aquí te ofrecemos recomendaciones para conectarte contigo e iniciar el autocuidado.

  • Volver a escucharnos. Fortalecer esa comunicación con nosotros mismos, escuchando nuestras sensaciones corporales y necesidades más genuinas. Nuestros pensamientos ocupan tanto espacio que sepultan nuestras sensaciones, o como un mecanismo de defensa causado por el miedo de enfermarnos. Sin embargo, cuando reconectamos con las sensaciones, podemos identificar aquello que nos satisface o lo que necesitamos para sentirnos bien. 
  • Parar, descansar y jugar. Cuando nuestra mente está en el futuro o el pasado, el cuerpo sigue en el presente, por eso es tan importante estar en el aquí y en el ahora, bajar el ritmo y pararnos a descansar o hacer esa actividad que nos divierte y nos gusta.
  • Regalarse amor. Cuando nos autocuidamos nos damos amor a nosotros mismos, de lo contrario, nos maltratamos a través de la autoexigencia, diálogos negativos o sentimientos de culpa que pueden ser constantes. Por ello debemos comprender que merecemos estar bien, y que lo que somos incapaz de dárnoslo, tampoco otros podrán darlo a nosotros.
  • No culpabilizarse, ni auto exigirse demasiado. Mucho más cuando priorizamos nuestras necesidades y gustos, porque nos han enseñado que debemos sacrificarnos. No debemos tomar el autocuidado desde el debería, esforzándonos desde lo estricto, cuando debemos hacerlos desde el amor hacia nosotros mismos.
  • Pensar en las necesidades que debemos satisfacer. Debemos comer cuando nos ruge el estomago del hambre, dormir cuando no dejamos de bostezar y se nos cierran los ojos. Las necesidades del cuerpo van desde las más básicas, hasta las más elevadas y espirituales como el desarrollo personal y la autorrealización, pasando por la necesidad de recibir afecto, sentirse seguro y el reconocimiento. Hoy en día las necesidades básicas son las que menos satisfacemos, por ello es tan difícil satisfacer nuestras necesidades más elevadas, porque las básicas son la base en la que se asientan todas las demás.
  • Recordar que somos naturaleza. La desconexión con nuestras necesidades básicas, surge de nuestro alejamiento con la naturaleza. Al vivir en ciudades, nos impide percibir los cambios de luz que conllevan las horas del día, y las estaciones del año, que nos separan de los ciclos naturales.
  • Moverse más para reconectar. La actividad física nos ayuda a descargarnos de miedos y tensiones. El movimiento nos permite conectarnos con las sensaciones físicas que nos indican que nos sienta bien y que no, además que despierta una fuerza interna para transformar lo que no nos gusta.
  • Cuidar la relación con los demás. Las relaciones nos ayudan a sentirnos bien con nosotros mismos. Hay una necesidad de abrazos, intimidad y pertenecer que debemos satisfacer porque nos da seguridad. Nuestro sistema nervioso autónomo está diseñado para empatizar y sentir compasión. Esta seguridad genera placer y felicidad, y nos hace sentir libres para ser espontáneos como también estar en calma y disfrutar del entorno.
  • Sentirse en armonía. Cuando están satisfechas todas tus necesidades, incluso las más elevadas, las de autorrealización. Puedes hacer una lista de todos los recursos que te facilitan la sensación de plenitud a partir de todas aquellas experiencias de felicidad que puedas recordar. Todos esos recursos, que ya están en ti, constituyen uno de tus principales potenciales interiores para desarrollar el autocuidado.

¿Cómo nos beneficia el autocuidarnos?

Muchas veces ponemos el autocuidado de lado porque pensamos que requiere de mucho tiempo que pensamos que no tenemos, como también que implica una gran inversión de dinero. Sin embargo, si pensamos que el autocuidado es observarse, esto no requiere de un tiempo mínimo o máximo, y mucho menos planear el mejor momento para hacerlo, lo más importantes es estar un minuto en total conciencia con nosotros mismos, sin pensar en lo que tenemos que hacer después, para lograrlo simplemente necesitas:

  • Pequeños momentos, como tomar el desayuno en tranquilidad y sin revisar el teléfono, despertar con gratitud, etc.
  • Meditar, o hacer pausas cortas a lo largo del día para preguntarte cómo estas.
  • Hacer una actividad que nos hace ilusión durante 10 minutos.
  • Cuidar de tu alimentación
  • Dedícate unos minutos para cuidarte, antes de hacerlo con los demás

Entendiendo que las formas más fáciles de autocuidado son las más sencillas, lo que resta es ponerlas en práctica y hacerlas parte de nuestra rutina diaria, trayendo como beneficio:

  • Gestionar mejor tus emociones, brindando mayor tranquilidad    
  • Conocerte a ti mismo mejor, saber cómo te sientes y que necesitas
  • Amarte incondicionalmente
  • Elevar tu autoestima
  • Aumentar la empatía
  • Disfrutar de la vida, entre otros

Para la Fundación Alma Amiga la importancia del autocuidado radica en, que en la medida que nos amemos incondicionalmente, podemos hacerlo con los demás. De este modo los voluntarios, embajadores, y grandes colaboradores como Enrique Alberto Romero Domínguez, que forman parte de la fundación te invitan a cuidarte para poder transmitir esa felicidad a los que te rodean, y así crear un mundo mejor. 

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