Orar y rezar a Dios

Existe una diferencia entre rezar orar, y se asemejan en que ambas son formas de agradecerle a Dios por las muchas bendiciones que nos regala a diario por ser sus hijos, y manteniendo la promesa de que todo lo que hacemos de palabra o de hecho en nombre del Señor Jesús, rendirá sus frutos y nos acercará al creador.

Diferencia entre rezar y orar

La mejor plegaria es la que sale del corazon, y podemos decir que rezar es repetir una misma oración un ilimitado número de veces, como por ejemplo:

Padre Nuestro

Ave María

Gloria, entre otros

En cuanto a la oración, Jesús nos enseñó a no usar vanas repeticiones, creyendo que de esa forma seremos atendidos, y entender que orar es hablar con Dios, es alabarle, engrandecerle, y agradecerle por todas sus bendiciones y por último pedirle si nos encontramos en necesidad.

También, se refirió a la oración como un agradecimiento a Dios por todo lo bueno y lo malo que nos ha enseñado, incluso agradecerle de antemano para que escuche nuestra oración, es darlo por hecho. Orar es expresarle a Dios los miedos, las necesidades, las angustias, los anhelos, etc., y debe salir del corazón.

El Sumo Pontífice nos recuerda que para percibir su presencia y aprender a contemplarlo, debemos detenernos y tomarnos el tiempo de dialogar con Él, dejarle un espacio en la oración. Por ello, hizo la invitación a preguntarnos y reflexionar sobre el espacio que le damos a Dios, y darles más al señor de nuestras jornadas, honrando de esta forma a los padres que inculcan a los niños desde pequeños a iniciar y terminar el día con agradecimiento de lo que tenemos con rezos y oración.

Orar es el llamado incansable de Dios al encuentro misterioso que ocurre en este acto, por eso todos los hombres están llamados a la comunicación con Dios, quien toma la iniciativa en la oración, poniendo en nuestro corazón el deseo de buscarle, de hablarle y compartir con Él nuestra vida. También, debemos entender que la oración no se reduce al brote espontáneo de un impulso interior: para orar es necesario querer orar y aprender a orar

Aprendemos a hablar con Dios a través de su Iglesia:

  • Escuchando la palabra de Dios
  • Leyendo los Evangelios
  • Imitando el ejemplo de Jesús

Jesucristo nos da testimonio de que está en continua comunicación con su Padre y nos invita a hacerlo manteniendo la oración en nuestra jornada diaria. Puede ser motivo de oración cualquier acontecimiento y toda necesidad para dar gracias. El Espíritu Santo nos enseña y recuerda las palabras de Jesús, educándonos en la vida de oración, motivando expresiones que se renuevan dentro de formas permanentes de orar:

  • Bendecir a dios, descubriendo todas esas bendiciones que Dios lo ha hecho participe, reconociendo a Dios como la fuente de todas las bendiciones
  • Pedir perdón, buscar de nuevo el Reino
  • Hacer una petición para cualquier necesidad verdadera, o interceder por otros, pedir un favor de otro.
  • Darle gracias y alabarlo en su grandeza, de forma desinteresada, dirigiéndose a Dios, canta para Él y le da gloria no sólo porque sí, sino porque es Dios Padre.

Con esta búsqueda del Señor, toda nuestra jornada se convierte en una sola íntima y confiada conversación. La oración constante en la mañana y en la tarde mantiene nuestro dialogo con Dios, y cuando sale con facilidad, sabremos con certeza que no será indiferente a nuestras plegarias.

La belleza de rezar el Rosario en casa

Con motivo de la pandemia, las iglesias fueron cerradas para evitar las aglomeraciones que podían causar muchos contagios, por ello el Papa Francisco durante el periodo de confinamiento nos recordó la belleza de rezar el rosario en casa, invitando a las familias a reunirse durante el mes de mayo, mes de la virgen, con la petición que uniéndonos en oración, pedir a Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia que todos sufrimos y reanudar su curso normal con serenidad.

Mediante una carta, el Sumo Pontífice nos recuerda esta tradición y ante las restricciones propias de la pandemia, hemos valorizado más nuestra practica espiritual, por eso la propuesta de redescubrir la belleza de este rezo a Maria. Según la situación, se puede elegir realizarlo juntos o de manera personal, apreciando lo bueno de ambas posibilidades, siempre que se haga con sencillez.

En la misiva, el Papa adjuntó dos textos de oraciones, invitando a recitar al final del Rosario, las cuales él también las dijo durante el mes de mayo, para estar unido espiritualmente con todos los feligreses.

La primera oración es la que se dirigió a Nuestra Señora del Divino Amor al comienzo de la crisis, el 11 de marzo pasado, en un vídeo mensaje que precedió a la celebración de la misa en el santuario romano presidida por el Cardenal Vicario Ángelo De Donáis para la Jornada de ayuno y oración.

La segunda oración es una intensa invocación que en algún momento evoca la Salve Regina, particularmente en aquel «vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus«, para detenerse luego en todas las categorías de personas que han estado sufriendo y luchando de diversas maneras contra el Covid-19.

El Santo Padre asegura que “contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra Madre, nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba”.

Como rezar todos los días

Aunque no es fácil hacerlo todos los días y más aún cuando no encuentras momentos de paz, con todas las actividades que tengas al pendiente, hay 7 momentos en el día a día que te pueden ayudar a encontrar un poquito más a Dios en tu vida.

  • En la mañana al levantarte, antes de cualquier cosa que hagas, con tan solo abrir los ojos puedes dedicar una pequeña oración que estás viendo la luz de un nuevo día, también puedes rezar la oración del Ofrecimiento de Obras, en la que dedicas a Dios todas tus acciones
  • Angelus a las 12 del mediodía, que nos recuerda el momento de la Anunciación, en el tiempo pascual esta oración se sustituye por la oración llamada Regina Coeli
  • Comidas: Bendición de la mesa, antes de las comidas puedes dar gracias por los alimentos que recibes y aprovechar el momento para hacer cualquier petición. Lo mejor es cuando se hace en familia y deciden cual es la mejor oración para todos.
  • En trayectos, cuando nos desplazamos, podemos aprovechar de rezar un rosario, existe en la web muchas opciones de audios de rosarios, para rezar sobre la vida de la Virgen Maria o de los Evangelios sobre la vida de Jesús.
  • Cuando pases por una iglesia, veas una imagen o un sacerdote, son pequeñas oportunidades para rezar y pedir por nosotros y la fe tu iglesia.
  • Antes de empezar a trabajar o estudiar, y cuando termines, ofreciendo nuestro trabajo y estudio a Dios.
  • Antes de ir a dormir, puedes hacer un pequeño rezo, incluso si hay niños en la casa comenzar la tradición de hacer rezos todas las noches como el Ángel de la Guarda o el Jesusito de mi vida. También puedes rezar tres veces el Ave Maria.

La Fundación Alma Amiga junto a sus voluntarios, embajadores y grandes colaboradores como Enrique Alberto Romero Domínguez, comprende que la caridad de Cristo urge y por ello trabajan sin descanso para crear condiciones óptimas al que lo necesita, ayudándolos a mejorar su calidad de vida brindando herramientas hacia el autodescubrimiento y de esta manera consigan su autonomía, como una forma de llevar la oración a la acción y hacerla viva. Además de brindar una mano amiga, la fundación lleva un mensaje espiritual y educativo, en el que juntos experimentamos la alegría de vivir, la alegría de ser venezolanos, y de sentirnos hijos del mismo Padre Celestial.

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