10 ejemplos de humildad para ser mejores personas


La humildad es una virtud humana que supone el conocimiento y aceptación de nuestras propias debilidades y cualidades, y de esta forma actuar en consecuencia. Al conocer nuestras propias capacidades y oportunidades, y el propio esfuerzo, comparte sus alegrías o derrotas, valorándose a si mismo igual a que todas las demás personas. Aquí te mostramos algunos ejemplos de como mostrar un actitud humilde que es la mejor forma de transmitir al prójimo y los niños.

¿Qué es la humildad?

La humildad es una de las virtudes más valoradas por la sociedad y es la base de otras virtudes como la generosidad, el compromiso y la solidaridad. Es entendida como una cualidad opuesta a la soberbia y a la arrogancia, es una virtud que forma parte de la personalidad innata de algunas personas y también se puede cultivar hasta convertirla en hábito, desarrollando una conciencia de sus propias limitaciones y debilidades, y obrar en consecuencia.

El significado de humildad se relaciona con su origen etimológico. Como tal, la palabra proviene del latín humilĭtas, que a su vez proviene de la raíz humus, que quiere decir ‘tierra’. En las diferentes religiones, como en el judaísmo y el catolicismo, la humildad es una virtud esencial del ser humano, ya que se busca que el individuo adopte una actitud humilde para que pueda comprender que la superioridad y la divinidad de Dios es inalcanzable para las personas.

Humildad como valor

La humildad como valor se refiere a una cualidad de la persona que no se pone por encima frente a los demás, porque reconoce la igual dignidad de cada ser humano en tanto que todos vienen «de la tierra», que todos son hijos del mismo padre. Este último sentido hace de la humildad una actitud relacionada con la virtud de la modestia.

La humildad puede ser una cualidad humana independiente de la posición económica o social: una persona humilde no pretende estar por encima ni por debajo de nadie, sino que sabe que todos son iguales, y toda existencia tiene el mismo grado de dignidad.

De allí que ser humilde no supone una renuncia a la dignidad propia como personas, y tampoco se vanagloria de sus acciones. Por el contrario, rechaza la ostentosidad, la arrogancia y el orgullo, y prefiere ejercitar valores como la modestia, la sobriedad y la mesura.

En tanto virtud, la humildad reúne una serie de características manifiestas en el comportamiento. Algunas de estas son:

  • Comprender la igualdad y dignidad de todos
  • Valorar el trabajo y el esfuerzo propio y de los demás
  • Reconocer aunque relativizar las virtudes propias
  • Reconocer las propias limitaciones
  • Expresarse con amabilidad y afecto
  • Actuar con modestia, sencillez y modestia
  • Percibir las relaciones sociales desde la horizontalidad
  • Escuchar a los demás y tomar en cuenta sus opiniones
  • Respetar genuinamente a los demás

Ejemplos de conductas humildes

  1. Saber pedir disculpas, cuando uno se equivocó, no actuó con responsabilidad o tuvo un olvido, tiene la oportunidad de retractarse y pedir disculpas a quien corresponda.
  2. Perder el temor a cometer errores. La única forma de lograr objetivos es arriesgarse, sabiendo que el error es una posibilidad, mostrándose humilde al comprender que no tiene el control de todo y que hay la posibilidad de que las cosas no salgan como se espera.
  3. Aceptar las críticas constructivas, y recibirlos con entereza y buena disposición es un acto humilde, porque implica admitir las debilidades propias y mostrar una apertura hacia la opinión ajena.
  4. Pedir ayudacuando se agotaron los esfuerzos o capacidades propias. Al pedir ayuda, el individuo acepta sus limitaciones y que está abierto para recibir aquello que  le falta y otro le puede dar, bien sea una acción o un consejo. También cuando no entendemos algo y pedir que nos los explique de nuevo.
  5. Reconocer y agradecer a las personas que ayudaron a uno en el desarrollo de las capacidades. Muchas veces hay personas que ayudan a concretar metas u objetivos y debemos reconocer el aporte de estas personas y agradecerles por todo lo brindado.
  6. Reconocer las fallas propias o equivocaciones y es importante hacerse cargo de los errores y si corresponde, pedir perdón o hacer lo posible para reparar el daño en caso de que haya ocurrido. También es importante, saber perder en las diferentes circunstancias de la vida, mantenerse calmo y centrado.
  7. No compararse ni comparar a los demás. La humildad no implica dejar de tener en cuenta los logros o cualidades propias, sino reconocerlas al igual que a las equivocaciones y saber que todas las personas tienen tanto sus cualidades como defectos. Cada persona es única e irrepetible y, por lo tanto, no se puede comparar a una persona con otra.
  8. Reconocer que siempre hay más para aprender. El conocimiento es un ámbito complejo y muy vasto y debido a que el ser humano tiene una naturaleza limitada, nunca podrá conocerlo todo acerca del mundo. Ser humilde es saber que no se pueden abordar todos los conocimientos y que siempre va a quedar algo por aprender.
  9. Compartir los conocimientos aprendidos. Una vez que se han aprendido determinadas cosas, se puede adoptar una actitud humilde cuando se es capaz de enseñar a aquellos que así lo quieran o necesiten. Recordar que uno estuvo en posición de aprendiz y alumno ayuda a desarrollar una actitud humilde frente a la sabiduría y a la experiencia adquirida.
  10. No alardear de los éxitos. Una persona humilde es aquella que conoce sus limitaciones, pero también sus cualidades y sus éxitos. Conocer los éxitos u objetivos alcanzados es primordial para poder disfrutar de ellos y compartirlos, sin que eso implique un sentimiento de superioridad respecto a otras personas.

La principal forma de enseñar a los niños a ser humildes es a través del ejemplo y situaciones reales.  Los padres tienen en este aspecto un papel muy importante.

Si a un niño le hablas de humildad, lo más normal es que no lo entienda. La palabra humildad, que viene del latín, significa ‘reconocer las limitaciones de uno mismo’. Es decir, reconocer los errores y debilidades.

Un niño humilde crecerá con valores como el respeto, la tolerancia, la empatía o la solidaridad. Tendrá más facilidad para aprender y sin duda tendrá menos problemas en sus relaciones sociales. Humildad no es lo mismo que sumisión. Un niño humilde sabe cuándo debe escuchar y cuándo puede hablar. Un niño sumiso tendrá miedo a hablar.

Enseñar a los niños a ser humildes desde pequeños es fundamental para que se hagan buenos hombres del mañana. La Fundación Alma Amiga tiene dentro de sus objetivos la creación de estrategias educativas, y junto a sus voluntarios, embajadores y grandes colaboradores como Enrique Alberto Romero Domínguez, que entienden que la educación de valores esenciales es vital para el desarrollo de sus virtudes y asegurarles bienestar y autonomía en su vida.

<p>The post 10 ejemplos de humildad para ser mejores personas first appeared on Fundación Alma Amiga.</p>



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares de este blog

Taxonomía social: las finanzas hablan ahora en clave de personas

Consejos para iniciar el 2022 con buen pie

Presentamos a nuestra nueva socia, Margaux Costas